Signo 4-14.

El refrán de Iroso Merinla dice:

El coral es el símbolo de mi honor.

En Iroso Merinla te aconsejan:

Oshosi, Aggayú, Yemayá, Orunla, Olókun, Obbatalá, Jimaguas, Yewá, Shangó, Elegguá.

Entorno actual de Iroso Merinla:

Usted está cansado, siente que sus esfuerzos han sido en vano. Quiere insistir en arreglar algo, en seguir esforzándose, debe abrir bien los ojos.

Patakí. Aggayú y Odduduwa.

Aggayú poseyó sin saber de quién se trataba a la mujer más poderosa de aquellos lugares: Obbatalá, quien tenía el don de trasmutar su persona, apareciendo una vez como humilde manceba y otra como corajuda quimera, implacable en los actos valerosos, altanera para ejercer el mando y despiadada con el enemigo. Al barquero no le satisfizo esa aventura que según el lo humillaba en su condición de varón, pues el creía que lo justo era que él hubiera tenido la iniciativa en hacer el amor a la mujer como es costumbre; por eso cambio su táctica de ahí en adelante con los que venían a solicitarle que los llevara al otro lado del rio; a cada uno le preguntaba que quien era y de donde venia y después de sus respuestas les exigía el tributo para pasarlos al otro lado, sin estos requisitos no los llevaba.

Aggayú se cruzaba de brazos y se volvía indiferente ante todo ruego y cuando insistían les decía: busca a un hombre y paga de lo contrario pierdes el tiempo.

Un día se le presento un omo keke y le dijo: Aggayú quiero ver a mi madre que está al otro lado del rio. Cómo te llamas muchacho?, no tengo nombre, respondió el niño. “Entonces no te puedo complacer", dijo Aggayú. El niño se echo a llorar y replico: hace mucho tiempo que no veo a mi madre, quizás después de esta ocasión no la pueda volver a ver, no tengo nada, soy muy pobre.

El barquero se le quedo mirando fijamente y le dijo: mira muchacho, regresa por el mismo camino por donde viniste pues yo no puedo cambiar mis principios y pasarte en la barca de gratis; entonces llévame en tus hombros, hasta ahora a nadie le has dicho: "te cobro tanto por llevarte en mis hombros".

El barquero lo miro fijamente y le dijo, muchacho tienes buena cabeza, te llevare cargado. Aggayú se puso al niño sobre sus hombros y se introdujo en el rio y tan pronto comenzó a caminar noto que el muchacho aumentaba paulatinamente de peso hasta convertirse en una insoportable carga. Haciendo un esfuerzo tremendo, Aggayú sosteniendo al niño en sus hombros, le dijo: que pasa que te has vuelto tan pesado?. No protestes y cumple tu palabra, le respondió el muchacho. Es que ya no puedo más contesto Aggayú. entonces mírame; Aggayú volvió la cara hacia el muchacho y exclamo dejándolo caer al agua: Odduduwa!. El niño flotando en el agua le dijo: "por tu esfuerzo te doy posesión del rio" y acto seguido desapareció.