Signo 9-9.

El refrán de Osa Meyi dice:

Es el mismo quien insiste en lo mismo.

En Osa Meyi te aconsejan:

Oshún, Oyá, Elegguá, Aggayú, Obbatalá, Obba, Odduduwa, Eggun, Oggún, San Lázaro, Yewá, Oke.

Entorno actual de Osa Meyi:

Usted tiene una guerra que desea terminar, y eso le hace pasar amarguras porque no sabe como terminarla.

Patakí. El inválido.

Él invalido de las piernas no sabía cómo manejar un rifle: Y su amigo ciego le enseñaba a disparar cuando iban a cazar. Cuando él invalido vio un animal, y le disparaba nunca fallaba y así lo mato y fue a buscar su presa. Un día, él inválido, fue a ver a un Babalawo y le pregunta: ¿Qué debo hacer para poder pararme? El Babalawo dijo: Es necesario un sacrificio a Awó.- Y le pidió al paralítico: Dieciséis palos, dieciséis palomas y ciento sesenta y cinco monedas y se hizo. Un tiempo poco después fue el ciego, a buscar al Babalawo y le pregunta: ¿Que debo hacer para recuperar la vista? El Babalawo dijo: Es necesario hacer un sacrificio a Awó.- El consultado aceptó y el sacerdote le pidió: Dieciséis palos, dieciséis palomas y ciento sesenta y cinco centavos. Y el ciego lo trajo. Una vez el sacrificio cumplido, los palos fueron devueltos a los consultados, para que les sirvieran de almohadas. Y volvieron a cazar. Él inválido, vio un antílope, le dijo al ciego que portaba el rifle: Es un antílope vamos a cazarlo. Volvieron a la cabaña que habían hecho en el bosque y que les servía de resguardo durante sus cacerías. El antílope fue llevado a la cabaña, dijo el ciego: Este animal es muy grande, antes de cortarlo todo, voy a asar sus entrañas y las voy a comer. Agrego pimienta, y me servirán de aperitivo, antes del resto de la carne. Ahora, él inválido vio saltar un sapo. Él lo capturo y lo mató, lo hizo tostar, y lo condimentó con especias abundantemente y sé lo presento al ciego. El ciego tomó el sapo en su mano, y sé llevó a su boca, y comenzó tirar con fuerza. Y de tirar, y de tirar. Finalmente, tiró un muslo. ¡Con el traqueteo la salsa de pimiento y la sal cayeron en sus los ojos y sé quemo ¡Y así recupero la vista! Lo primero que vio fue el sapo en su mano y como pensó que lo que estaba comiendo eran las entrañas del antílope, sé molesto tanto que tomo los chicotes y le cayó a palos al inválido, y le dio tanto y tanto que este sé paro y salió corriendo.

Patakí. El algodón y el surco.

El algodón y el surco fueron a verse con Awó, porque estaban pasando mucho trabajo con Awó, porque estaban pasando muchos trabajos y necesidades; Orunla les dijo que tenían que hacer Ebbó con dos Eyeles, 7 agujas, ceniza, algodón y Owó. Ellos lo hicieron así lo hicieron, y el algodón comenzó a prosperar. Sus enemigos quisieron atrasarlos y fueron a ver al agua, para que lloviera poco, pero al cabo del tiempo viendo que el algodón seguía prosperando estos fueron a ver al Sol. Este no hizo nada de lo que le pidieron, y entonces su maldad los llevo a ver, a los pájaros.

Los pájaros se prestaron a esto, pero como Ou, había hecho Ebbó con agujas y le empezaron salir espinas en su tallo, cuando los pájaros vinieron a picarlo, salieron todos arañados y sangrando, y así fue como el algodón pudo prosperar y mantenerse hasta el día de hoy.

Patakí. Oke.

Oke estaba muy perdido y fue a casa de Orunla y este le dijo que tenía que hacer Ebbó encontró trabajo con Kodiworo, que era el rey del pueblo y este le dio un terreno para sembrar. Al tiempo de las siembras de Oke llegaron a ser las mejores del reino, a tal extremo que el propio rey, mandaba mensajeros a que le robaran la siembra. Oke cansado de que lo robaran los mejores productos de su granja, y a punto de verse en la ruina, fue verse con Orunla otra vez, le dijo que le diera a Eshu: Eku, Eja, Agbado, y se fuera con eso tranquilo, que él iba a coger al ladrón. Efectivamente Eshu se escondió y vio que el que robaba era el propio rey. El se lo contó a Oke y cuando el rey manda un mensaje a Oke de que fuera a verlo, Oke se escondió y al poco tiempo vio cuando el rey le estaba robando, el lo apreso y el rey por no verse abochornado le dio su corona.

Patakí. Obbatalá, madre de Shangó.

Obbatalá Madre de Shangó estaba en muy mala situación, hasta que decidió verse con Orunla. Este la consultó y le dijo que tenía que hacerse Ebbó con Sorgo y que después de hacerlo fuera a casa de su hijo, pero que por el camino iba a encontrar tres pruebas, que no dijera nada y siguiera adelante. Shangó que era el hijo de Obbatalá era el Rey en la tierra de Oyó, pero como no sabía nada de lo que le estaba sucediendo a su madre, pues pensaba que, ella estaba bien. Por este tiempo a Shangó se le perdió su caballo blanco, y había mandado a buscarlo por todo el reino sin poder encontrarlo. Obbatalá salió al camino y cuando hubo recorrido un largo trecho, se encontró con un carbonero que era Eshu disfrazado, este le dijo que lo ayudara a cargar el saco de carbón a su cabeza, y cuando Obbatalá lo ayudó quedo toda tiznada, ella mira la forma como se le había puesto la ropa, fue a protestar, pero se acordó de lo que había dicho Orunla y se calló y siguió su camino. Al rato de caminar se encontró nuevamente con Eshu, que esta vez estaba disfrazado de vendedor de Epo, este la llamo y le dijo viejita ayúdame a ponerme esta canasta en la cabeza, y cuando Obbatalá lo fue a ayudar, la canasta se viro y la mancho con Epo, ella se acordó de lo que le dijo Orunla y no protestó. Continuo caminando y ya cambiada de la ropa que llevaba, se encontró un caballo y este al ver el millo que llevaba bajo el brazo le fue siguiendo para comerse el millo, tanto la siguió que llegaron cerca del Palacio de Shangó y cuando los soldados que buscaban el caballo, vieron que este la seguía la apresaron creyendo que lo había robado y junto con el caballo la llevaron a Palacio. Al llegar a Palacio ante la presencia de Shangó que estaba sentado en su trono este al verla se levantó del trono y se le tiro a los pies rindiéndole Moforibale, los soldados que no sabían nada trataron de matarla pensado que ella le había hecho alguna brujería, pero este se interpuso y les dijo, Kule ante la presencia de mi Madre y entonces los soldados dándose cuenta se tiraron a los pies de Obbatalá, pidiéndole perdón, a lo cual ella les dijo que ellos no tenían la culpa de eso y Shangó le dijo Madre quédese a vivir conmigo y entonces le mando a fabricar una casa y le dio de todo lo que ella necesitaba y mucho más. Desde ese tiempo es que se le puso al collar de Shangó que era todo rojo cuentas blancas simbolizando el hecho aquí expuesto.

Patakí. Orunla.

Orunla llego una vez a un pueblo y empezó a consultar a mucha gente y esto le llamó la atención el Rey y este mandó a investigar que quien era el adivino. Los consejeros del Rey fueron y averiguaron que se trataba de Orunla el más grande adivino o sea el Patriarca de Awó. Cuando estos le comunicaron la noticia al Rey este dijo que lo trajeran que él quería que le adivinaran algo y con la misma cogió 6 Obbis, 6 Eyeles, 6 Adíes y 6 Ishus y puso a cada uno en distintas canastas y las escondió en un cuarto. Al llegar Orunla este le dijo que lo consultara y así lo hizo, y le dijo que se avecinaba una gran guerra y tenía que hacer Ebbó, el Rey le dijo que cual Ebbó necesitaba y Orunla le replicó que hiciera Ebbó con los mismos que tenía en las canasta, el Rey le dijo que él no iba a hacer nada de lo que él decía porque era un farsante y Orunla se fue. Al tiempo el Rey recibió confidencias de que otro Rey lo iba a atacar y se asustó notablemente ya que la otra parte era bastante poderosa y entonces la esposa del Rey que había visto el registro que Orunla le había hecho, le recordó lo que el adivino le había dicho, entonces fue de inmediato a verse con Orunla y este le dijo que ahora el Ebbó era el doble de lo que había marcado, este corrió y hizo el Ebbó y a los tres días el Rey de la otra nación pensando también que se trataba de un enemigo poderoso le mandó un mensaje diciéndole que él lo que quería era vivieran en paz ambos pueblos y así vivieron sin problemas, a lo que el Rey mandó anunciar por todo el Reino que si él era el Rey también en su reino había otro Rey que se llamaba Orunla, Rey de todos los Babalawos.