Nace la eliminación de sacrificios humanos por el de animales. Nace la fuerza de las manos y de los dientes, nacen las úlceras en las piernas, nace la guadaña de Oyá, nacen la pleuresía y el escorbuto, nace la consagración de Oyá y Oggún, aquí nace el pacto que Ikú hiciera con Orunmila, Aquel que sacrifique, la muerte nunca lo sorprenderá.