Signo 7-7.

El refrán de Oddi Meyi dice:

Las personas hacen las cosas bien para que les queden bien.

En Oddi Meyi te aconsejan:

Oshún, Elegguá, Shangó, Oshosi, Inle, Yemayá, Oggún, Babalú Ayé, Obbatalá, Odduduwa.

Entorno actual de Oddi Meyi:

Usted tiene conflictos, posee una guerra de ideas por posición, amorosas, familiares, laborales o de religión. Hay trastornos mentales por problemas en los nervios y riesgo de ahogo sobre todo en el mar. El buen hijo trabaja para sus padres. Usted está mal enamorado, otro será su amor.

Patakí. El niño en el vientre le habla a su madre.

Awó estaba en el vientre de su madre. Ella iba a buscar leña para hacer fuego, cuando oyó una voz: !madre! Te diré un secreto: y no debes repetirlo. Entonces la madre dio vuelta y buscó detrás ella. Pero no vio a nadie. Entonces la voz le dijo: soy yo, su hijo, que le habla a usted. Le advierto que en dieciséis Ud. me dará a luz. Ahora, ese día, habrá una guerra en nuestra ciudad, y mi padre será asesinado por el enemigo. Usted, mi madre, será tomada como cautiva, y nos separarán a nosotros. Al día siguiente en la mañana, el niño despertó a su madre y dijo: Quedan quince días ahora. Y así despertó a su madre todas las mañanas. Pero al decimosexto día, le dijo a su madre: Este es el día. Al mismo momento un ataque se produjo contra el pueblo. Su padre fue muerto. La madre dio a luz al niño. Entonces los enemigos entraron en el pueblo, y tomaron a la mujer en cautividad. Un hombre tomo el recién nacido, y lo sacó de su hogar e Awó comenzó hacer recuperaciones milagrosas.

Cuando alguien estaba enfermo, el niño, después de haber preguntado el nombre de la enfermedad, indicaba las hojas que eran necesarias para sanarla. Como la persona enferma pagaba, el hombre que había retenido a Awó ganaba dinero. Algún de tiempo después de la guerra, este hombre fue a encontrase con el Oba Olofi y dijo: En la guerra después del ataque, pasamos por una casa, oí a un niño. Lo tomé en mi hogar, y percibí con el tiempo que era milagroso. Sanando a todo el mundo que lo necesitaba y así percibí ingresos y siempre tuve éxito. Olofi pregunto: Es eso verdad? Y, el hombre afirmo que era cierto, agregó Olofi: Y si es verdaderamente tan milagroso, lo tomare conmigo. Así cuando alguien se enfermaba llamaba al niño o cuando querían hacer alguna empresa importante. El niño creció. Cuando ya era adolescente, Olofi le asignó una ciudad, y sé volvió Oba. Sus milagros aumentaron. Todos los sufridos iban a verlo. Su fortuna aumentó: tenía muchas mujeres, sirvientes, y todo lo necesario para un hombre. También quería tener a unos esclavos, y envío por cazadores o compradores. Porque era el momento de celebrar el Fanuwiwa (Ceremonia anual de Awó). Y, entre los esclavos que trajeron, estaba, sin saberlo, su madre. Las mujeres de Awó la pusieron a cargo de moler. Y la madre de Awó donde estaba, comenzó a cantar, una canción triste: ¿Awó, Oddi Meyi, usted se acuerda de mí? Awó oyó la canción, e hizo llamar al cantante: ¿Ud. sabe que canción está cantando?. Y la madre contesto: ¿Pero no es usted, el que predijo su nacimiento? Me dijo que al decimosexto día lo pondría en el mundo, y que su madre, el día que usted naciera, seria cautiva.- Está bien es usted mi madre, le dijo Awó, y ordenó que la lavaran. Le ofreció un asiento (akpakpo), telas, una tela blanca para cubrir su cabeza. Entonces tomo una chiva, y la inmolo en el cuarto de su madre. Y la mujer vivió feliz con su hijo.

Patakí. Ikú y la vida.

Ikú y la vida eran hermanos mayores de arun. Cada cual cogió un rumbo distinto, pero Olofi los mandó a buscar para darle un secreto a cada uno y el único que acudió fue la vida. Ella le pidió a Olofi que le diera el más chico, pero Olofi no se lo dio. Entonces la vida fue y busco a arun y le dijo: ven conmigo que mientras estés a mi lado nada te pasara. Así fue, pues mientras Ikú no se apodera de la vida no se pierde arun. Ikú fue al pueblo y se entero de lo que sucedía y dijo: yo acabare con los dos pues me han engañado. Por eso es que todo termina con Ikú, pues esta es más poderosa que la vida.

Patakí. Oddi Meyi vence a sus enemigos con astucia.

Orunmila y Yemayá vivían en unión conyugal, ellos le estaban cuidando un hijo a Oggún areremi, el muchacho estaba mal de salud, siendo este el motivo por el que Orunmila y Yemayá lo tenían a su cuidado con gran voluntad y ternura. Este matrimonio llego a querer tanto al niño, que lograron cuidarlo.

Después de curar al hijo de Oggún, este siguió siendo atendido por Orunmila y Yemayá, los cuales lo cuidaban como si fuera su propio hijo. tanto Orunmila como Yemayá tenían muchos enemigos que querían destruirlos, por tal motivo estos enemigos, sabiendo que Oggún era una persona violenta, cada vez que se lo encontraban le decían: yo no sé como tu permites que a tu hijo Yemayá y Orunmila lo maltraten de esa manera y Oggún siempre les respondía, el día que yo me acuerde que soy Oggún arere ustedes verán como termina esto.

Fueron tantos los chismes que le contaron a Oggún, que un día dijo, hoy yo voy a casa de Orunmila y Yemayá y si es verdad lo que me han dicho, los voy a matar a los dos. Para tal ocasión Oggún se emborracho muchísimo. ese mismo día Orunmila al hacerse osodde se vio Oddi meyi haciendo las ceremonias antes indicadas y le dijo a Yemayá que tuviera la puerta de la calle cerrada para que todo el que viniera tuviese que tocar, además le dijo antes de abrir la puerta ella debía preguntar que quien era y que no debía abrir hasta que ella no se percatase de quien era.

Al poco rato de darle estos consejos a Yemayá, tocaron a la puerta de la calle, Yemayá fue a abrir sin preguntar quién era, entonces Orunmila le recordó lo que le había dicho. Yemayá miro por una rendija de la puerta y vio que era Oggún, el cual aparte de venir borracho estaba muy enfurecido. Yemayá rápidamente se lo dijo a Orunmila, donde este le dijo: coge al muchacho, póntelo delante y abre la puerta; Yemayá así lo hizo y cuando abrió la puerta Oggún ya se disponía a derribarla.

Cuando Oggún vio a su hijo en las condiciones en que estaba, se calmo, explicándole a Orunmila las causas de su violencia, pues le habían dicho que ellos lo estaban maltratando, pero que se había convencido de que lo que querían era que el destruyera la casa de Orunmila y Yemayá, pero lo que él iba a hacer era destruir las casas de todas las personas que le habían metido chismes en contra de Orunmila y Yemayá.