Signo 11-14.

El refrán de Ojuani Merinla dice:

Quien le pega a su madre, le pegará a su esposa y a sus hijos.

En Ojuani Merinla te aconsejan:

Elegguá, Obbatalá, Eshu, Shangó, Oyá, San Lázaro, Oshún, Oggún, Ozaín, Ikú, Olokun, Odduduwa.

Entorno actual de Ojuani Merinla:

Se corre el riesgo de que le echen una brujería encima de su cuerpo. Tenga cuidado con las esquinas porque lo pueden agarrar a palos o piedras. El hombre debe hacer ebbó para que no termine en la calle como mendigo y la mujer como prostituta. Usted desea buscar una visión del porque se siente en completa perdida.

Patakí. El pueblo de la avaricia.

Era una tierra donde todos estaban muy bien, pero la ambición de ser y de dinero comenzó a corroer a los personajes por lo que ya no trabajaban pues buscaban de quien vivir y siempre estaban recostados a la madre de Elegbara que era la que gobernaba. Llego el momento en que Elegbara no le enviaba nada a su madre pues había salido a recorrer otras tierras. En el pueblo los comentarios no terminaron, comenzaron a pasar hambre y esto conllevo a que comenzaran a comerse entre si y entre los que se comieron estaba la madre de Elegbara.

Un día entro un tigre en el poblado con un pollito y una jutia en la boca y la gente del pueblo salieron furiosos a comerse al animal y después de comérselo tomaron por el rastro que había dejado al ir al pueblo y se encontraron con un hombre montado en un caballo que era Elegbara vestido de rey y este al ver a aquella gente pensó que venían a recibirlo.

Elegbara entre su sequito traía a sus dos hijos jimaguas. El iba al pueblo en busca de los restos de su madre ya que pensaba que estaba enterrada en el pueblo, pero no hubo tal entierro porque sus habitantes se la habían comido. Elegbara que desconocía esto último le dio comida a todo el pueblo causante de la muerte de su madre.

Nota: Por este camino las personas que ud. mantiene en su casa y les da de comer, aunque sean sus hijos son peores que sus enemigos. Cuidarse de la mujer si es hombre y del marido si es mujer. Cuidarse de los hijos porque en el futuro se viraran contra usted y serán sus peores enemigos.