Es la finalización de lo construido, no es destructor pero se provoca sus fines, se autodestruye. Se torna una persona soberbia poco analítica, irreflexiva y egoísta. Al marcharse, es capaz de destruir todo lo construido para no dejarle a nadie, ni siquiera una herencia.

La misma persona se provoca su fin sin importarle el esfuerzo que haga por construir, y esto se relaciona con todo, abandona amistades, no valora a la familia ni el empleo, aunque luego se arrepienta, cosa que nunca lo dirá por no dar su brazo a torcer.