Signo 2-1.
El refrán de Eyioko Okana dice:
Flecha entre hermanos.
En Eyioko Okana te aconsejan:
Elegguá, Eshu, Shangó, Ikú, Eggun, Oggún, San Lázaro, Ozaín, Obbatalá.
Entorno actual de Eyioko Okana:
Fines que traen comienzos, usted se encuentra en presencia del principio del fin, no siente paz pero si siente que algo se acaba lentamente, hay incertidumbres.
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Pataki. La reencarnación.
Leri ofo era una niña que desde que nació había que hacerle una gran ceremonia o rogación, pues su nacimiento fue en calidad de prestada aquí en la tierra.
Esa ceremonia había que hacerla antes que cumpliera los tres años de edad, pero sus padres por una causa o por otra no se la hicieron y la niña creció con un espíritu ya materializado, que la celaba como si fuera su padre, aunque en realidad, ese espíritu en su última etapa de su vida aquí en la tierra, fue mujer. Leri ofo, ya doncella, se caso con un hombre de su agrado, pero como no era del agrado del espíritu materializado, en lo adelante la joven llevo una vida mala, al extremo que ese espíritu la sedujo y ya no sintiéndose bien al lado de su marido, comenzó a llamarle la atención otros hombres, llegando a hacer vida sexual con un amigo de su esposo, del que quedo embarazada.
Al espíritu materializado si le gustaba ese hombre, pero lo que deseaba era que Leri ofo llevara una vida desenfrenada sexualmente como cuando ella la había llevado cuando animaba carne, teniendo hoy un marido, mañana otro, etc., como así sucedió con Leri ofo. Ese espíritu le indico en sueños a Leri ofo que tomara brebajes para abortar, para que su marido no se enterara de su falta y como el engendro era omo Shakuana (hijo de San Lázaro) no pudo abortarlo y nació con manchas y granos en todo el cuerpo, quedando Leri ofo muy mal de su interior. Como consecuencia del desenfreno sexual, Leri ofo contrajo una enfermedad venérea y de la sangre, la misma que en vida padeció aquel espíritu materializado.