Signo 2-12.
El refrán de Eyioko Eyila dice:
Quien no hace ebbó al pié del santo, fracasará en todo.
En Eyioko Eyila te aconsejan:
Elegguá, Eshu, Shangó, Ikú, Eggun, Oggún, San Lázaro, Ozaín, Obbatalá.
Entorno actual de Eyioko Eyila:
Se corre el riesgo que lo boten de un lugar o que lo despidan del trabajo. Dice que todas sus soluciones están al pié del santo, y si no hace ebbó con ellos fracasará en todo. Fines que traen comienzos, usted se encuentra en presencia del principio del fin, no siente paz pero si siente que algo se acaba lentamente, hay incertidumbres.
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Pataki. Los tres deseos del herrero.
En este camino había un herrero que atravesaba una mala situación por lo que constantemente le rogaba a Olofin. Este oyó su ruego y envió a Elegguá para concederle tres virtudes al herrero. Elegguá le dijo al herrero: "He venido por mandato de Olofin para concederte tres virtudes". El herrero quedo inmóvil, y su primera petición fue que en la mata de cerezo que había en su patio toda persona que subiera a ella, no pudiera bajarse sin su consentimiento.
La segunda que todo el que entrara en su casa sin su autorización no pudiera salir y la tercera que todo el que se sentara en su mesa o silla que no pudiera salir ni levantarse de ella sin su consentimiento. Elegguá se quedo perplejo, ya que todo eso le pareció sin lógica alguna, pero dijo: To iban Eshu.
Pasaron los días, y sucedió que el hijo del rey entro en la casa del herrero y como muchacho al fin, le llamaron la atención los cerezos y se subió en la mata. Pasaron las horas y el rey notando la ausencia del hijo se puso intranquilo y mando su sequito a la casa del herrero, pero como el sequito entro sin contar con el herrero, no pudo salir. El rey, desesperado por el hijo y por su sequito que no regresaba, decidió ir personalmente a casa del herrero, donde entro sin su consentimiento, llamo al herrero y en lo que este venia, se sentó en la silla, donde ambos se saludaron. Qué tiene mi hijo que no puede bajarse de esa mata?, pregunto el rey, el herrero como hombre modesto contesto: Querido rey, todo aquel que suba sin mi consentimiento no podrá bajarse del cerezo y por tal falta yo quiero que usted me de alguna tierras fértiles. El rey dijo, así será.
El rey pregunto: que cosa es la que le sucede a mi sequito que no puede salir de su casa?, pues vera, dijo el herrero, toda persona que entre aquí sin mi autorización, no puede salir, y por tal motivo yo quiero una fortuna, no como la de usted, pero respetada. El rey dijo así será.
El rey fue a levantarse para irse con su hijo y su sequito y no pudo levantarse, y dijo, ya usted está complacido con sus peticiones, Que me ha hecho?. El herrero contesto, usted está sentado en esa silla sin mi consentimiento y que para que pueda levantarse de ahí yo quiero su corona y su gobierno, y del cielo se oyó una voz que dijo: "To iban Eshu".