Signo 8-7.
El refrán de Eyeunle Oddi dice:
La sabiduría repartida por el mundo.
En Eyeunle Oddi te aconsejan:
Oshún, Orunla, Elegguá, Obbatalá, Obba, Nana Buruku, Odduduwa, Ikú, Yemayá, Shangó, Oke, Obbatalá, Olókun, Inle, Iroko, Otá olé, Ibeyis, Oyá, Ozaín, Eshu, Oggún, Babalú Ayé.
Entorno actual de Eyeunle Oddi:
Hay que cuidarse de un lugar donde llegará y lo recibirán a tiros. Aquí la persona toma la justicia por sus propias manos y muere en el intento. No crea que usted se lo sabe todo porque la sabiduría está repartida por el mundo. No deje nada a medias. Usted quiere una ayuda porque algo está terminando en su mundo.
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Patakí. El hombre que repartió el poder de la sabiduría.
Cierta vez se le apareció en el cielo a Olofi, el hombre que tenía en su poder todo el saber y le dijo: mire, padre mío, he traído para acá el saber y no he dejado nada en la tierra. Olofi le respondió: yo mande el saber para la tierra para el bien de todos y ahora ud. viene con esto. Bueno, regresa a la tierra nuevamente y has buen uso de ese poder. El hombre regreso a la tierra muy decepcionado, porque él creía que había hecho una cosa muy grande. Una vez que llego a la tierra, repartió el poder de la sabiduría entre todos los hombres.
Nota: Aquí es donde la muerte tiene su trono y su corona. Aquí la muerte es su soberano.
Patakí. Cuando Shango tuvo que reconocer a Orishaoko.
Orishaoko era mayor que Shangó (ambos eran hermanos). Ellos salieron juntos a recorrer el mundo, pero Orishaoko se lesiono una pierna y Shangó lo llevo cargado. Como Shangó tenía que ir a la guerra, dejo a Orishaoko en la tierra irawó y partió rumbo al combate. Orishaoko se dedico a sembrar y hacia sus prendas, presentes de ishu, avadó, epo, etc. a Oyá, la dueña de la plaza. Las cosechas abundantes permitieron abastecer al ejército de Shangó, lo que le gano mucha admiración y admiradores. Llego el momento en que Shangó no tenía más tierras que conquistar y tuvo que acabar la guerra. La gente del pueblo cada vez que Shangó llegaba decían: cuidado, viene la guerra de nuevo, y se escondían. Un día llego Shangó al pueblo de irawó y celebraron un gran homenaje en la plaza. Este pensó que era para él, pero resulto que era para Orishaoko. Yemayá que odiaba a Orishaoko, porque este la había echado de su lado porque era bruja, y le había matado a sus adié oriya (gallina gris), que era la base de sus hechicerías, se puso a pinchar a Shangó contra Orishaoko. Cuando el homenaje estaba en su apogeo, llego Shangó y al ver a Orishaoko les dijo: ustedes homenajean a este que es muy flojo. Yo tuve que cargarlo hasta aquí. Orishaoko le respondió: no me ofendas mi hermano, primero porque yo soy mayor y segundo sin la comida que mande a tu ejército no hubieras podido ganar las guerras. Shangó furioso, levanto la mano y de un golpe derribo a Orishaoko.
Entonces Ogbe di que era Orunmila, le dijo a Shangó: eres injusto, a Orishaoko tú lo cargaste no por flojo, sino por una herida que tenía en el talón y en la rodilla, por un ebbó que no hizo. Después que tu lo dejaste el hizo ebbó y tiene sus bastón de su antepasado Osun y el después lucho por ti, trabajando día y noche, para alimentarte a ti a tu pueblo y a tu ejercito. Shangó abochornado, se abrazo a su hermano, le pidió perdón y le dijo: para que se sepa que eres igual que yo; fuerte y poderoso, te entrego esto. Y dando una patada en el suelo, cayó un rayo, dándole a Orishaoko una odu-ara en señal de poder y alianza. Y desde entonces Shangó reconoce a Orishaoko y este usa odu-ara.
Nota: En 8-7 es donde Shangó protege de gratis a la persona. Se hace un inshe Ozaín, con el pájaro preferido de Shango, que es el mayito.